ANODINO
Mamuak
Un espectáculo de la Cia. Anodino
Ha sido un día duro en el almacén en el que trabajan Malda y Zorrotz
SINOPSIS
Ha sido un día duro en el almacén en el que trabajan Malda y Zorrotz: Una reliquia perdida que hay que encontrar, un instrumento musical que está por arreglar y a causa de un accidente todos los objetos han cobrado vida provocando sorpresas… y despertando los fantasmas de cada uno. Una aventura para valientes que une marionetas, música en directo y teatro.
TRATAMIENTO DRAMATÚRGICO
Se trata de un espectáculo dirigido al público familiar y dirigido, sobre todo, a pequeños y jóvenes. Con esta premisa el espectáculo tiene una dirección concreta. Por un lado, toda la obra es un juego. Hemos querido afrontar este jugoso tema que queremos abordar a través del juego y la diversión para que no nos frenen los miedos internos de cada uno.
Por otro lado, es un espectáculo con sentido del humor para que aparezca el juego antes mencionado. Partiendo del lenguaje cotidiano y construyendo escenas ligeras. El papel de las marionetas en este espectáculo tiene una gran importancia, pero respetando su aspecto crudo. Como pone en sinopsis, los objetos han cobrado vida y se mueven por sí mismos en el almacén, así que hemos dado otra función a los objetos. Cuando un reloj se convierte en un fantasma temeroso, una ducha en una serpiente peligrosa o una cafetera en un amigo charlatán.
Para pegar todo esto utilizaremos la música en directo. El violín, representado en un robot. Porque la música es, sin duda, el mejor pegamento que existe entre la realidad y los sueños, será de vital importancia para unir estos dos mundos. Hemos afrontado al músico (y a la música) como un personaje más, capaz de resolver (o mezclar, según los casos) problemas.
PORQUE HABLAR DEL MIEDO
Desde siempre se han hecho múltiples obras de teatro sobre el miedo. No somos los primeros ni seremos los últimos. Pero nuestro deseo es cambiar el punto de vista. Queremos hablar de los miedos desarrollados de pequeños, pero que se mantienen cuando somos adultos. Esos miedos son miedos pegados a nuestro inconsciente, adormecidos a la hora de hacer nuestra vida cotidiana, pero un olor, una imagen o un tacto pueden despertar esos miedos. Gracias a la experiencia vital, los adultos hemos ganado diferentes herramientas que sirven para resolver los conflictos cotidianos, pero ¿cómo podemos afrontarlo cuando despiertan los miedos de los más pequeños?